Tu Otra Bonita inauguraron la programación del 13° aniversario de El Veintiuno
Si alguien piensa que el mestizaje y la fusión musical songéneros periclitados, está muy equivocado. Porque siguen vivitos y coleando. Aunque ahora han mutado hacia nuevos horizontes sonoros. Es muy evidente su influjo en el territorio de los nuevos cantautores: de El Kanka a Pedro Pastor, pasando por Muerdo o Travis Birds. Y lo es también incluso en el terreno del indie. Y allí es donde se sitúan Tu Otra Bonita, que se podría decir que han patentado el indie mestizo o la rumba indie.
El trío madrileño llegaba el sábado por primera vez a la capital oscense para inaugurar la programación con la que El Veintiuno celebra su 13° aniversario. Daba la casualidad que Tu Otra Bonita también están de celebración, en su caso de su 10° aniversario como grupo.
Forman el trío Félix Vigara (guitarra), Alberto Vallecillo (percusión) y el carismático frontman Héctor Lacosta (voz y guitarra). Y así es justamente como vinieron a El Veintiuno, en modo íntimo, acústico y unplugged. Algo que se está convirtiendo en una costumbre y que, aunque añade espontaneidad y cercanía, es indudable que también hace que se pierdan muchos de los detalles que se pueden apreciar en las grabaciones.
Ante un público jaranero, alborotado y muy hablador, la actuación de Tu Otra Bonita dio comienzo con Mi cura, una canción de su último disco, Crema -eje central del concierto-, en la que las armonías vocales de inspiración californiana se unen al flamenquito de rigor. Siguieron con Grita (tema que en disco interpretan junto a Miguel Campello, ex elbicho), una rumba con quejíos arabizantes. Tras una introducción muy flamenca a cargo del guitarrista Félix Vigara, sonó Las flores, tema que grabaron con Juanito Makandé, y que parece reunir a El Kanka con Los Delinqüentes. Continuaron con dos temas en una onda de folk mediterráneo con poso indie, Ángulo muerto y La verdad, a partir del cual el público se lanzó ya al karaoke más desinhibido, algo que ya se repetiría prácticamente durante todo el resto de la actuación. Por ejemplo, con uno de sus mayores hits, Alitas de mar (grabado también con Juanito Makandé), e incluso con uno de los temas nuevos que van a integrar su nuevo disco Quieres rollo?, de corte más indie y titulado Y si no soy yo, o con ese Caballo blanco en clave intimista que Héctor Lacosta interpretó solo con su guitarra acústica.
Después, los tres miembros del trío se bajaron entre el público con sus guitarras y su cajón para interpretar al natural otros dos de sus temas más célebres, las rumbas Ganas de… y La pared, con el público alrededor como si se tratara de un fuego de campamento. Ya de nuevo sobre el escenario, interpretaron su conocida versión de ese gran himno del nuevo flamenco que es Alegría de vivir» del añorado Ray Heredia. La influencia de Kiko Veneno y de Los Delinqüentes se volvió a hacer patente en M’enamorao y Guapa, su tema junto a Muerdo. Siguieron más tarde con Pastelitos o polvitos, uno de sus primeros temas, una historia basada más o menos en hechos reales que TuOtra Bonita interpreta a la manera de cómo entendía el rap la gran Lola Flores.
La rumba con leve cadencia reggae de Algo que ya (con alusiones a la primavera trompetera de Los Delinqüentes) y el sonido mestizo de Qué más da dieron paso a la recta final de la actuación, en la que el público estaba ya totalmente desatado y entregado a la fiesta y al baile.
Así sonaron la rumba indie Locos de amor (grabada junto a La Pegatina), el ligero aire rap de Queena Lagarta y, sin dejar de lado la rumba más impetuosa, Azul verdoso y Se quemó, con las que se despidieron dejando al personal plenamente satisfecho.
Texto: Luis Lles
Fuente: Diario del AltoAragón