Colectivo Panamera ofreció en El Veintiuno una versión ortodoxa de lo que se entiende por onda mestiza
En una sala El Veintiuno abarrotada hacía su debut en Huesca el sábado por la noche el Colectivo Panamera, cuya fama ha ido creciendo en los últimos años. Se trata de un grupo integrado en eso que se podría definir como Mestizaje 2.0, porque forman parte de una escena que no es la del ‘mestizaje del cambio de siglo XX al XXI, ésa que protagonizaron artistas y grupos como Manu Chao, Macaco, Ojos de Brujo o La Troba Kung-fú. No, Colectivo Panamera pertenece a la generación posterior del mestizaje y la fusión: la de Mr. Kilombo, Muerdo y El Kanka, con quienes suelen colaborar en sus canciones.
El cantante y guitarrista zaragozano Nacho Taboada y el bajista argentino Pepe Curioni son los pilares principales de una banda que se completa con Adri Cheriff (batería) y con el guitarrista Pablo Pérez, al que en su actuación en Huesca sustituyó otro guitarrista, que arrancó los aplausos del público con unos solos de guitarra muy rockeros e incendiarios.
Lo cierto es que muchos detalles de su música (la que han grabado en sus dos discos, Colectivo Panamera y Mares por navegar) se pierden en el directo. Pero, por otro lado, ganan en inmediatez y conexión con el público. La cumbia, el reggae, el rock y el pop (y sus combinaciones) constituyen los ejes fundamentales de su música.
Pero hay Otros, elementos, como el carnavalito modernizado de Quiero mucho más, uno de los primeros temas que interpretaron. Siguieron con la cumbia La décima, que unieron a una revisión cumbiera del célebre bolero mexicano Perfidia. A la balada pop estilo 60s Hace días le sucedió la mezcla de reggae y cumbia de El jardín, que contó con un curioso solo de guitarra con efectos twang a la manera del surf rock.
Por su parte, la cumbia rock Ninguna parte sonó mucho a Depedro, que parece ser otro de los referentes del Colectivo Panamera. Hicieron después una versión de El lado oscuro de Jarabe de Palo, con un solo de guitarra muy a lo Carlos Santana. No en vano, ese tema de Pau Donés era en cierta forma una réplica del Black magic woman de Santana.
Y la noche continuó con Tres otoños (su tema más reciente), la cumbia-rock Las grietas del tiempo, el pop-rock a lo Sabina de Quiéreme mucho o la cumbia-reggae con aires western Hacia el sur, que tuvo un final de pura catarsis rockera,
Y llegó el momento de los hits, con todo el mundo coreando a pleno pulmón: el reggae pop de Un río que se va, la cumbia-rock de La calle de la luna, el reggae de El arenal (su tema con Muerdo) o la cumbia-reggae de Para olvidar.
Con El huracán viraron hacia el country y el soft rock. Pero uno de los momentos álgidos de la noche llegó cuando los músicos del grupo bajaron del escenario para tocar entre el público una introducción de rock instrumental -con guiños al Misirlou revisado por Dick Dale y al Mystery train de Elvis Presley- al tema La carretera, con sus aires tex-mex.
Y en la recta final sonaron dos cumbias, Guadalupe y Te llevo dentro, en la que incluyeron una cita de Shakira. Finalmente, ante un público entregado y entusiasta, el carnavalito-rap Tiene flow puso el broche a una larga actuación (de casi dos horas), a la que siguió una sesión de Ponlaúltima DJs, que, para mantener el espíritu latino del grupo que acababa de tocar, se inició con el impulsivo Fuego de Bomba Estéreo.
Texto: Luis Lles
Fuente: Diario del AltoAragón